Efectos y afectos en la obra de Fran Pérez Rus

Diferentes discursos a lo largo de la historia han mantenido la existencia de Dios, no como un ente personal que impera al margen del mundo sino más bien como una obtención. Éste es el caso Spinoza, seguido posteriormente por reconocidos científicos como Albert Einstein, quien declaró en multitud de ocasiones creer “en el Dios de Spinoza”.

Según el filósofo, las leyes de la naturaleza existían y proporcionaban un cierto orden en el caos,manifestándose la divinidad en la armonía. Así nos decía: “No existe nada de cuya naturaleza no siga algún efecto”, de lo que podemos inferir que todo en la naturaleza está conectado a través de la causa-efecto.
De esta forma, Fran Pérez Rus desarrolla su trabajo en torno a la búsqueda de la sustancia espiritual en la naturaleza, confiriéndole a la tecnología/ciencia un carácter iniciático, respondiendo con pequeñas afirmaciones eufóricas a la concatenación de preguntas y, de manera inconsciente, intuyendo en la gravedad el origen de toda obra.

Partiendo del concepto causa-efecto y dentro del seno del catolicismo, en Las cinco vías de la demostración de la existencia de Dios de Santo Tomás de Aquino se nos hacen unas referencias muy similares a las de Spinoza:

Sobre el Movimiento:
“Nos consta por los sentidos que hay seres de este mundo que se mueven; pero todo lo que se mueve es movido por otro, y como una serie infinita de causas es imposible, hemos de admitir la existencia de un primer motor no movido por otro, inmóvil. Y ese primer motor inmóvil es Dios.”

Sobre Eficiencia:
“Nos consta la existencia de causas eficientes que no pueden ser causa de sí mismas, ya que para ello tendrían que haber existido antes de existir, lo cual es imposible. Además, tampoco podemos admitir una serie infinita de causas eficiente, por lo que tiene que existir una primera causa eficiente incausada. Y esa causa incausada es Dios.”

Lo que viene a decirnos Santo Tomás en estas dos vías es que el principal asunto de la filosofía natural (la ciencia) es argumentar a partir de fenómenos sin fingir las hipótesis y deducir las causas de los efectos hasta que lleguemos a la primerísima causa, la cual no es mecánica.

Mucho tiempo ha pasado de estas afirmaciones, pero bien es cierto que hoy en día, tras remontarnos durante siglos a las preguntas anteriores y resolverlas, siempre llegamos al concepto Gravedad. Por mucho que la ciencia haya avanzado y dado respuesta a casi todo, la fuerza de Gravedad sigue siendo la gran pregunta y, sin embargo, toda creación se encuentra supeditada a ella. En palabras de Newton: “La gravedad explica los movimientos de los planetas, pero no puede explicar quién pone los planetas en movimiento.” La teoría de la relatividad general de Albert Einstein no se refiere a una fuerza sino a una geometría, la cual es referencia constante en la obra de nuestro artista.

Arte y naturaleza, arte y ciencia… Estas dualidades aparecen siempre en la obra de Fran Pérez Rus, ideas que procesa en sus imágenes como un único e íntimo alegato ecologista.